DE LA VENEZUELA DESPOBLADA A LA ESTIRPE DE LAS MARGARITEÑAS HERMANAS ROJAS
Conversaciones con José Toro Hardy sobre la verdad del
poblamiento de Venezuela y la Tesis del Genealogista Antonio A. de
Herrera-Vaillant, respecto al origen y evolución de una “elite blanca”
venezolana que tuvo su raíz en la isla de Margarita.
Por Eleonora Mata Mirabal
@PeriodismodeLeyenda
Ruinas de la primera ciudad en el continente americano, Nueva Cádiz de Cubagua, donde nacieron las hermanitas Rojas. |
“Básicamente Venezuela era un
territorio despoblado a la llegada de los españoles. De tal manera que esa
especie que nos han querido vender respecto a que nuestro país tenía una
importante población aborigen, y que en consecuencia hay un alto componente
indígena en las razas venezolanas, es totalmente falsa”. Así se inició nuestra conversación con el
economista y apasionado por la historia venezolana Profesor José “Pepe” Toro
Hardy, con quien comenzamos a desentrañar los rasgos no sólo raciales del
margariteño sino el impacto que tuvieron los primeros habitantes insulares
sobre el resto del territorio nacional. Esto nos llevó a un planteamiento que
si bien no le pertenece como investigación académica, explica con gran
exactitud esa singular forma de ser y de verse que tiene Margarita y su pueblo
sobre el resto de los venezolanos.
Qué pensarían ustedes si asegurásemos que el origen o punto de partida de todo el poblamiento de la
genialidad nacional, los prohombres, libertadores, artistas, y hasta grandes políticos
que se han expresado a lo largo de más de 500 años de historia, tuvieron su
origen de una u otra manera en la isla de Margarita.
“Eran poblaciones nómadas que
venían del Caribe y por ello se les identificó como los Indios Caribe –continúa
Toro Hardy-. Cuando llegan los españoles a Venezuela, a diferencia de otros
países como Colombia, México o Perú, se encuentran entonces con un territorio
despoblado donde escasamente había asentamientos muy pequeños de nativos, uno
de ellos por cierto en la isla de Margarita. Por otra parte y para ir poniendo
las cosas en claro, en los 300 años que duró la colonia llegaron al país apenas
unos 5 mil españoles, tal y como está
claramente registrado con nombre y apellido en el Archivo de Indias”.
Del total de españoles que
llegaron a estas tierras apenas el 11% eran mujeres, la inmensa mayoría eran hombres
solos, situación que impulsó como en ningún otro país del continente, la mezcla
que dio origen al mestizaje que nos ha identificado desde tan temprano y que
tan singularmente nos ha caracterizado por siglos como una tierra con escasa
diferenciación racial.
En resumen, no había tantos
indios, no llegaron tantos españoles, y la mezcla no fue principalmente entre
españoles e indígenas, sino entre españoles y negros, donde por cierto el
abuelo de Simón Bolívar jugó un papel determinante, pues fue el primero que
trajo negros a Venezuela, un total de 3 mil africanos, porque además la Corona
Española se opuso a que se esclavizaran a los habitantes originales como un
reconocimiento a la “mansedumbre” de estos pobladores. De tal manera que esto dio
pié a que se mezclaran principalmente españoles con negras dando origen a la inmensa
población parda que nos caracterizó y sigue caracterizando hasta el presente.
En medio de todo esto, “de los
muy pocos blancos que habían en Venezuela – explica José Toro Hardy-, había un
importante número en la isla de Margarita, pues los españoles que allí se
asentaron vinieron con sus familias y no se mezclaron”. De los blancos
españoles de mayor abolengo en la isla, destacó un grupo en la ciudad de La Asunción
que alrededor del año de 1565, con la llegada de El Tirano Aguirre, fue prácticamente
exterminado por este bandido que combatió a los vasallos de los Reyes de España
a quienes siempre él quiso derrocar en Las Américas para instaurar su propia
monarquía.
De esa espeluznante masacre
apenas se salvaron unos pocos niños, entre los que se encontraban “las
hermanitas Rojas” que fueron llevadas a Caracas tras el asesinato de sus
padres. Ahora bien, todo comienza cuando el Capitán Diego Gómez se casa con Ana de Rojas, hacia 1535, en la Nueva Cádiz,
isla de Cubagua, matrimonio del cual nacieron ocho hijas, y un solo hijo. La
familia Rojas fija posteriormente residencia en La Asunción, tras abandonar
Nueva Cádiz por la devastación que causó
el maremoto y los constantes ataques de corsarios.
Estas mujeres, las hermanitas
Rojas, que fueron llevadas a la capital, rápidamente se convirtieron en damas
altamente cotizadas por la muy poca población femenina blanca que había para ese
entonces en la ciudad, y de la investigación
que a partir de este hecho desarrolla el presidente de la Sociedad Venezolana
de Genealogía, Antonio A. de Herrera-Vaillant, quien asegura que la elite
blanca venezolana desciende casi en su totalidad de estas mujeres margariteñas,
que dieron origen a la primera sociedad establecida en Caracas.
Incisos que valen la pena alrededor de la historia
Los llamados Waiqueríes o
Guaqueríes a diferencia de la mayoría de las tribus caribes que se distribuían
por el norte de Venezuela y las islas aledañas, destacaron por su estatura superior
a la media, asegurándose que podían llegar a alcanzar más de un metro ochenta centímetros
de estatura. Se distinguían por su tez bronceada, rasgos fuertes, pómulos
resaltantes y por una marcada fuerza muscular. Probablemente una de las
características que les pudo haber granjeado la buena voluntad de parte de los
españoles (recordemos que estaba prohibido esclavizarlos), con respecto a otras
tribus, fue su hospitalidad y comportamiento pacífico, rasgo que no los privó
de haber sido igualmente un pueblo de excelentes guerreros. En vista de esta
actitud, fueron considerados por los reyes de España como vasallos libres, lo
que legalmente impedía que se les esclavizara. Nunca fueron sometidos al
régimen de la encomienda, ni les exigieron el pago de tributos.
Lope de Aguirre o Lope el Loco, o Lope el Tirano, apodos usados
incluso por sus propios hombres, y también como se denominaba a sí mismo, Lope
de Aguirre el Peregrino, fue un explorador español y conquistador de Sudamérica
que protagonizó un episodio de cruentos asesinatos selectivos para erigirse en
líder de una expedición en la búsqueda de El Dorado, que al no encontrar, hizo
que se desviara el propósito inicial de su llegada al nuevo mundo, promoviendo
entonces una rebelión contra la monarquía española, evento por el que fue
asesinado en la ciudad de Barquisimeto.
LA ESTIRPE DE LAS ROJAS
La Tesis del Genealogista Antonio
A. de Herrera-Vaillant que se recoge en su obra de dos tomos “La Estirpe de las
Rojas” (Academia Nacional de la Historia/Instituto Venezolano de
Genealogía,2007. 2 vols), consiste en sostener
que las principales familias de la Provincia de Caracas venían y eran
descendientes de las dos hermanas Rojas, Ana de Rojas (c1535-1600) y Beatriz de
Rojas (c1537-c1622), quienes nacieron en la isla de Cubagua, el primer
asentamiento urbano de Venezuela (1519-1541). Ambas contrajeron nupcias con dos
conquistadores, y produjeron tal descendencia que sus sucesores siguen aún
vivos en nuestros días –asegura el investigador en su extensa obra-. Ana se
casó con el capitán Alfonso Díaz Moreno (c1526-1602), el fundador de Valencia,
y Beatriz con Garci González de Silva (c1535-1625), a su vez parte de los
fundadores de la ciudad de Caracas. Fueron las hermanas Rojas hijas de Diego
Gómez de Agüero (c1495-1561) y de Ana de Rojas (c1515-1561), ambos fueron
asesinados en Margarita (Julio 20,1561) por el Tirano Lope de Aguirre
(c1511-1561).
En marzo de 1569 cumplidos
veintidós años, Garci González, con el sonoro cargo de "Alférez General
del Descubrimiento del Dorado", partía junto a su tío Pedro hacia el
litoral caribeño. Después de que rechazaran un barco pirata que pretendía
atacarlos cerca de Tenerife y abastecidos en La Gomera llegaban hasta la isla
de Margarita a finales de mayo de 1569, donde recalarán, descansarán y se
procurarán avituallamientos para ese largo recorrido que les espera hasta su
lejana gobernación de la Nueva Extremadura (Wikipedia.org).
Esto dijo Antonio
Herrera-Vaillant al presentar su obra de dos tomos en agosto de 2009 en la isla
de Margarita:
“La estirpe de las Rojas”
demuestra por medio de la ciencia genealógica, la importancia de la institución
familiar en formar y fortalecer una sociedad. A partir del tronco común de un
árbol de mil raíces que sentó bases en las Islas de Cubagua y Margarita desde los
albores de la colonización, sus sucesivas ramas abarcaron y abarcan una
constelación de forjadores de Venezuela: educadores, científicos, juristas,
historiadores, industriales, y brillantes exponentes de la cultura en todas sus
ramas. Esta estirpe, al lado de otras de similar arraigo, subraya lo esencial
de la familia como base de la sociedad, y su impacto en la formación de valores
y tradiciones esenciales a la nación.
Las hermanitas Rojas son en principio,
el eslabón de los blancos originarios, -nos agrega José Toro Hardy, a quien agradecemos
inmensamente habernos puesto en contacto con esta tesis-. Fue así como en el
centro del país y Caracas, eje denominado corazón de Venezuela, constituido en
factor de dominio político, social y económico desde muy tempranos años de su
formación, las llamadas hermanas Rojas, nacidas en Cubagua y criadas en
Margarita, dieron comienzo al
poblamiento blanco de Venezuela y con ello, toda una descendencia.
La investigación del genealogista
Herrera-Vaillant nos indica que incluso Simón Bolívar y Antonio José de Sucre descienden de la ESTRIPE
DE LAS HERMANAS ROJAS: “En la siguiente generación, mujeres de esta familia
casaron con el Capitán Juan de Guevara “El Mozo”, Simón de Bolívar “El Mozo”,
el Capitán Mateo Díaz de Alfaro, Juan Desque, el Capitán Andrés de San Juan, el
Capitán don Diego Vásquez de Escobedo, el Castellano Onofre Carrasquer, el
Capitán Pedro Mijares de Solórzano, el Capitán Andrés Vázquez Bocanegra, y
otros de los más prominentes vecinos de la incipiente ciudad de Santiago de
León de Caracas en sus primeros años. Hacia 1587 el Gobernador Luis de Rojas,
enemistado con esta familia, se refería a la posición predominante del clan
dentro de la sociedad caraqueña, diciéndole al Rey: “si algunos delitos graves que se cometen por cierta parentela de esta ciudad que se dicen las Rojas, que
son siete hermanas, todas casadas, y con muchos hijos y nietos que son la mitad
del pueblo y acostumbrados a no ser castigados, que no puedo averiguar con
ellos a causa de que la Audiencia les hace mucho favor porque son ricos”.
Fuente:
La Estirpe de las Rojas
Antonio Herrera Vaillant.
Fuentes para la Historia
Colonial de Venezuela, Caracas, 2007.
Biblioteca de la Academia
Nacional de Historia.
José Toro Hardy de visita en Margarita durante la reciente celebración de Filcar 2018, cuando nos concedió la entrevista y abordamos esta fascinante tesis. |
Maravillosa e ilustrativa tesis.
ResponderBorrarComo descendiente directo de margariteños procuraré promocionarla.