El Puente Colonial de La Asunción “4 de Mayo de 1810” dejó de estar en el olvido
Historia y fotos de Eleonora Mata
@PeriodismodeLeyenda
Esta bella obra arquitectónica se remonta a
comienzos del siglo 17, siendo la misma testigo de los albores coloniales de la
isla de Margarita, y representando en su tiempo una construcción de avanzada y
de importante conexión hasta la ciudad capital de Nueva Esparta. El Puente Colonial de La Asunción que lleva
por nombre “4 de Mayo de 1810”, es una vía de
piedras de 25 metros de largo por 5 metros de ancho aproximadamente, con cuatro
torrecillas en los estribos y un solo arco de ladrillos.
Fue construido exactamente en 1608 sobre el hoy seco cauce
del río La Asunción y, casi 400 años
después, se encuentra todavía firme y próximo a ser rescatado plenamente del
olvido mediante varias estrategias de reanimación cultural donde se han unido
la iniciativa privada y el gobierno municipal de Arismendi.
Una segunda “Ala” del Mercado del Arte de La Asunción ha
tomado los espacios próximos al puente, ofreciendo bajo el concepto de feria
artesanal la posibilidad a nuevos emprendedores, y ampliando así la ruta de esta iniciativa
turística que tanta aceptación y reconocimiento ha alcanzado; adicionalmente en la plaza cercana al mismo, se han programado
dinámicas artístico-culturales como miniconciertos, recitales y conversatorios,
así como la promoción de distintas expresiones tradicionales.
Esta ampliación del Mercado del Arte hacia el Puente Colonial
de La Asunción, fue un planteamiento de la iniciativa privada que el gobierno
local aceptó y autorizó, y que precisamente ha dado pié a que las nuevas
generaciones entre en contacto con éste espacio que tanta historia ha visto
transitar.
Sin embargo, un hecho captado a través del lente de
#MatasietePuntoCom durante un recorrido por el lugar, es un uso maravilloso de
este puente que no sólo deseamos resaltar y que guarda relación con su
necesaria conexión con los más jóvenes, sino compartir y promocionar, tanto por
su bello significado como por la hermosa expresión de amor que representa.
Pues, se trata de la declaración de amor de una pareja, que
junto a su perro, escogió el Puente Colonial de La Asunción para llevar a cabo
una sesión de fotográfica para dejar testimonio de la promesa de amor que se
han formulado estos dos jóvenes margariteños.
A todo lo anterior, se suma un café que recién se ha
inaugurado cerca del puente, y que toma el nombre de Café Colonial,
consolidando todo ello, una oferta gastronómica de interés para quienes decidan
darse una vuelta por el lugar y conocer un poco de la bella historia regional.
Años más tarde en 1914, en una remodelación, el puente fue
bautizado con el nombre de la Batalla “4 de Mayo de 1810” que selló la independencia de
la isla. Vale resaltar igualmente que la calle de piedra que lleva hasta el
puente, tiene por nombre Luisa Cáceres de Arismendi.
LA HISTORIA DE LEYENDA DE “Cheguaco”
Quizás para aquellos lejanos tiempos el riachuelo que bajaba de El Copey era abundante y crecía considerablemente, al extremo de dejar en muchas ocasiones aislada a la ciudad, no sólo con “La Otra Banda”, sino con toda la banda del norte, lo que obligó a Don Bernardo de Vargas Machuca, excelente y progresista Gobernador de la Isla en los años 1608 a 1614, a construir un puente firme y consistente, que evitara el inconveniente, no por corto sino por largo tiempo.
Dicho puente fue empezado a construir en el año 1608 y terminado dos o tres años después, ya que el informe del Cabildo, de fecha 19 de mayo de 1612 dice: “Un puente por donde se pasa a pie y a caballo el río…”; y allí está, como en la hora, desafiando el paso irreversible de los años.
El Puente Colonial de La Asunción, como propios y extraños lo mencionan, no es muy ancho, pero si lo necesario como para que pasaran cómodamente las carretas de entonces. Tiene una sola arcada o boca, armada con ladrillos, unidos con cal viva, los cuales estuvieron exhibiéndose hasta que a alguien se le ocurrió, no hace mucho, darle una frisada a lo moderno; lo demás es calicanto o mampostería, y un empedrado en su parte superior o pasadizo en forma de rampa que empieza en los predios de Santa Lucía y posee dos macizas barandas del mismo material, y en forma de bancos ornados, con cuatro pilares o torrecillas, que contrarrestan el peligro al pasar.
El Puente Colonial de La Asunción, fue hecho para el paso de peatones, carretas y quitrines, y, sin embargo, soportó el peso de carros, camiones, gandolas y tractores, sin resentirse por ninguna parte a pesar de su longevidad. Ahora está convertido en una joya de las más hermosas con que cuenta la Ciudad Procera. Acerca de él se han tejido historias y leyendas, que se mantienen como un largo rosario de consejas o de realidades.
Vargas Machuca no sólo construyó el puente, sino algunas fábricas, el acueducto hasta la Plaza Santo Domingo y una fuente en ella, una pila para las afueras de la muralla, un matadero de mampostería, un rebollín (revellín) para las puertas de la Ciudad, casa para el Cabildo, donde hizo cárcel y audiencia; un reloj de sol, un hospital, sitio para carnicería y venta de pescado, un depósito de treinta fanegas de maíz para pobres, y algunas otras obras más.
Fuente: La Asunción Ciudad Procera. José Joaquín Salazar Franco “Cheguaco”.
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