La Cestería Ancestral de Pedro González contada por las manos de Carmen Serrano

Historia y fotos de Eleonora Mata
#PeriodismodeLeyenda

Preservar lo que somos, los oficios sencillos que le han dado al pueblo sustento por generaciones, tejer y tejer una razón de vivir. Así sucede a las puertas de la casa de la artesana popular Carmen Serrano, cuya bisabuela inició la costumbre de recoger las palmas en el cerro aledaño a su humilde hogar en el Valle de Pedro González, para sortear la pobreza.

Fue hace más de 30 años cuando la vimos por primera vez, recorriendo vías de tierra que nadie se atrevía circular. Sin lugar a dudas una estampa inolvidable, la abuela de Carmen montada en su burro con el tabaco encendido, cabalgando las veredas, tostadísima de sol, sonriendo bajo el cielo azul de Margarita porque regresaba cargada de palma para comenzar la faena.

Desde entonces 5 generaciones han compartido la misma tarea en el mismo lugar, tejer artículos de palma que han sido y son pilares de una extraordinaria identidad.

Volvimos a recorrer esos caminos y esta vez encontramos a una jovencita bajo una sombra tejiendo la palma de carana o caraná. A los pocos instantes estaba toda la familia en la puerta y nos reencontramos con Carmen para reeditar otra hazaña a ser contada por el #PeriodismodeLeyenda de MatasietePuntoCom.

Primero fueron el mapire y el sombrero, originalmente usados ambos bien para recoger productos de la tierra o del mar, que hoy han derivado en fabulosas pieza de diseño que se decoran con piedras, caracoles, fibras, cuero, telas o pinturas de colores para venderse en Ferias y Tiendas de Margarita y otros lugares del país.

Estas piezas han evolucionado y se han convertido en artículos vistosos, a la moda, reinterpretándose en bolsos de playa, morrales, bandoleras, sobres y muchas cosas más. Pero el tejido –explica Carmen- se sigue haciendo igualito.

-El mapire de “lao”, el mapire con hueco, el mapire con tapa, el mapire morral, la cesta playera….Huyyyy….hacemos de todo. Esta producción ya la tengo vendida toda para Caracas.

EL MAPIRE ESTÁ ALTO

Con esta frase el humilde margariteño explicaba años atrás “lo dura que estaba la situación”. Se decía “El mapire está alto” expresando que estaba colgando, en alto, es decir, sin cumplir su razón de ser que era recoger y transportar alimentos de la tierra o el mar. También se decía “El mapire está alto” porque hay escasez o no se encuentran los productos para comer.

-Ya no se puede comé muchacha esto está horrible, no alcanzan los reales y lo que uno trabaja no alcanza pa nada. La palma, ya no vamos las mujeres a buscarla al cerro –confiesa. Ahora la compro a los hombres que van a la montaña a buscarla y la ponemos a secar al sol por tres a cuatro días. Luego nos ponemos a “esgajala” y finalmente nos ponemos a elaborar el mapire. Aquí todos trabajan, nos ponemos en la puerta a tejer y enseñamos a todo el que quiere.

Pedro González es un poblado de agricultores, pescadores y artesanos, donde el mar y las montañas se funden en un espacio fresco, fértil, e incluso mágico ya que es asiento de comunidades budistas y de otras singularidades como la Hacienda El Tanque, donde hace más de 200 años otra mujer, Victoria de Alfonzo, se hizo con la Quinta Licencia para destilar ron en la isla de Margarita.

Carmen tiene 76 años, y empezó a tejer a los 7 años…”todos en mi familia han tejido mapire. Mi bisabuela, mi abuela, mi mamá, mis hermanos, toda esa gente tejía mapire”.

Venezuela…..El mapire sigue estando alto. Es tiempo ya de llenar el mapire.

La palma de carana tostándose al sol.

Carmen Serrano con su Mapire moderno y elegante.

5 generaciones tejiendo un país.

En un día termina su pieza.

Una estampa que es poesía.

Nuevas generaciones tejiendo.

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