José Ángel Salazar: A las orquestas margariteñas les debo lo que soy
Escritora Invitada
@MatasietePuntoCom
"Si dices que el cielo es el límite,
pones un techo sobre tu cabeza.
No hay límites"
José
Antonio Abreu
Fundador
del Sistema Nacional de Orquestas
La música es como el
mar, infinita, sin límites. Música y mar serán siempre dos elementos
fundamentales en la vida del joven maestro José Ángel Salazar, grande y humilde,
carismático y expresivo a un tiempo, hecho en Venezuela, orgullo nacional, nacido
en Porlamar el 16 de septiembre de 1997.
“Así como el azul del mar es reflejo del color
del cielo, así reflejo mi vida en la música que enseño, que escucho, que
estudio y que interpreto”, afirma el margariteño más famoso de este tiempo.
A los 7 años nace un músico talentoso, un hijo del
Sistema venezolano con sello Abreu, eso en ti ha significado hasta hoy vivir
para la música, ¿a dónde quieres llegar?
A donde me sienta
parte y contribución para una mejor sociedad, donde pueda poner mi granito de
arena al formar mejores seres humanos. Quiero llegar a donde pueda transmitir
un mensaje de unidad, de mejoramiento a través del estudio y de la música. Mi
meta no tiene un espacio geográfico, es basada en mi interés por aportar.
Al comienzo fueron los metales, después los instrumentos
de cuerdas y por fin el violín, ¿a pesar de ser difícil y no tener facilidades
para este?
Quise tocar trompeta y
aun me interesa mucho este instrumento. Sin embargo, tuve más contacto con los
instrumentos de cuerda. Mis profesores eran "cuerdistas" y admiré
siempre a Eddy Marcano, gran violinista y director margariteño. Creo que esta
influencia me llevó a escoger el violín. No me considero a mí mismo un
violinista talentoso o con habilidades extraordinarias, pero sí fui bastante
disciplinado y constante cuando me propuse estudiar en serio el instrumento.
Hoy en día lo toco porque me permite conectar en directo con la música y
experimentarlo de una manera distinta a cuando dirijo. Me ayudó a comprender la
responsabilidad y el liderazgo. Actualmente enseño este instrumento en niveles
básico, intermedio y avanzado.
Diabluras de un virtuoso de 11 años, ¿colocaste el violín
en una silla y comenzaste a escuchar y a dirigir?
Era el concertino de
la Orquesta Sinfónica Infantil en el núcleo Guaraguao de Porlamar. Luis
Villarroel, mi maestro de violín y guía de mis primeras nociones de dirección,
me había inculcado sentido de responsabilidad y respeto por el puesto que
ocupaba; confiaba en mí para ayudarlo en los ensayos, dar clases e incluso
acompañarlo a otros núcleos. Cierto día vio mi interés por dirigir y me enseñó
un poco los esquemas. Un noviembre tocábamos una gaita, Chinita de Maracaibo, y el maestro tuvo que salir a una reunión. Me
sentí responsable por la realización de ese ensayo. Me paré en el podio y con
mi violín empecé a marcar el tempo
mientras tocaba con la orquesta, pero de pronto me di cuenta de que no era
necesario tocar, que podía ayudar mejor de una manera visual, así que coloqué
mi violín en la silla y empecé a marcar las entradas mientras movía mis manos.
Todo aquello parecía un juego de niños, pero mi profesor llegó, llamó a todos sus
colegas del núcleo, y desde entonces me dejaron dirigir en público, siempre
guiándome y preparándome.
“Chamo de Villa Rosa, director de Orquesta más joven del
mundo”. El titular de la BBC que conmovió al país. ¿Cómo se llega tan alto a
los 14 años?
Todo sucedió muy
rápido. Debo admitir que pienso fue algo exagerado. Ya había en la historia
directores de 13 años como el famoso Lorin Maazel. Lo nuevo no era un joven
dirigiendo, lo nuevo era que este joven se encargaría de una orquesta juvenil a
la corta edad de 14 años, una oportunidad única que solo es posible en un sistema
como el nuestro, para alcanzar metas. Fue difícil, pero tuve mucho apoyo de mis
profesores, de mis compañeros, de amigos y sobre todo de mi familia. Constancia
y disciplina fueron la clave para mí. Reconozco que cometí errores en aquel
entonces, pero traté siempre de dar lo mejor de mí con esa responsabilidad tan
grande.
La música y el estudio son los caminos de tu vida de la
mano de los maestros Luis Villarroel, Felipe
Izcaray, Eddy Marcano, Gregory Carreño y J.A Abreu, ya en su cielo sin límites,
del influencer Gustavo Dudamel, ¿cuál
gran orquesta del planeta ambicionas dirigir?
Por supuesto admiro a
las grandes orquestas como las filarmónicas de Berlín, Nueva York, Los Ángeles,
Concertgebouw de Ámsterdam, la Sinfónica de Venezuela y nuestra Sinfónica Simón
Bolívar. Sin embargo, mi sueño más grande es estar en un sitio con una orquesta
que me permita trabajar por la comunidad, además de hacer buena música y formar
una familia. No sueño con una vida ajetreada de viajes o algo por el estilo. Lo
que más deseo es crecer en paralelo a una agrupación. Al final de mi vida veo
mi retiro en Venezuela, dedicado a la formación, educación e investigación
musicales; retribuir al Sistema de Orquestas y contribuir a su perfeccionamiento.
Enfocas tu trabajo acá en la isla de Margarita, ¿cuáles
son las experiencias, logros y planes con las Orquestas Sinfónicas Infantil y Juvenil de Nueva Esparta?
Las
experiencias vividas y agradecimiento que tengo para con mi estado son
infinitos. A las orquestas margariteñas les debo lo que soy como director y músico en la actualidad. La confianza que
depositaron en mí me abrió las puertas para experimentar y practicar. Me dieron
una oportunidad única e invaluable. Hicimos muchos y variados conciertos.
Algunos estrenos regionales y sinfónico-corales inolvidables como aquel Unidos
en Navidad con las Guarichas Punderas (agrupación que aprecio mucho promovida
por mi abuelo materno) o la Novena Sinfonía de Beethoven, junto a muchos coros
del estado y mi amada Orquesta Sinfónica de Nueva Esparta. Llevo todos y cada
uno de esos momentos guardados profundamente en mi memoria y en mi corazón, y
espero ansioso compartir escenario de nuevo con los maravillosos músicos de Margarita.
Tú y el Sistema se pertenecen. Ya tienes 20 años, ahora
mismo vives fuera del país, ¿qué haces en la actualidad y qué planeas para tu
futuro?
Me encuentro
actualmente en una isla caribeña llamada Santa Lucía. Muy bonita, pero nada
como mi tierra. Trabajo en una escuela de música dando clases de violín y viola
a niños de 3 a 19 años. Dirijo la orquesta de cámara de la escuela y trabajo
junto a mi esposa y mis colegas en la creación de una orquesta para niños en
riesgo, proyecto que iniciamos hace unas semanas y que se ha desarrollado
maravillosamente. También soy mentor de unos jóvenes profesores, los apoyo para
que desplieguen sus potenciales y habilidades docentes. En un futuro próximo
busco la posibilidad de seguir formándome como músico, director y profesor.
Quiero estudiar musicología y piano, y mi esposa me ayuda a mejorar en
pedagogía. En la tarea de alcanzar estas metas me encuentro en este momento.
Ding Dong
Un amor: Mi hermosa
esposa Francis Gagliardi.
Un deseo: Paz y prosperidad
para mi país.
Un dolor: La
injusticia.
Un platillo: Raya
guisada.
Un país: El mío,
Venezuela.
Un viaje: Al Medio Oriente.
Un libro: El mundo de Sofía.
Una costumbre: Googlear
lo que me pase por la cabeza.
La Virgen del Valle:
Protección, guía y amparo.
El mar: Mi eterno
destino.
Marijó Pérez-Lezama
grandísimo venezolano!!
ResponderBorrarHetmosa entrevista hijo, Gracias a Marijó Peréz Lazama, por tan extraordinario trabajo, José Ángel Dios guie tus pasos junto a tu esposita Francis, hacia ese brillante futuro Dios te Bendiga y nuestra Virgencita del Valle te acompañe en tu caminar
ResponderBorrar07:15
ResponderBorrarHermosa entrevista hijo, Gracias a Marijó Peréz Lazama, por tan extraordinario trabajo, José Ángel Dios guie tus pasos junto a tu esposita Francis, hacia ese brillante futuro Dios te Bendiga y nuestra Virgencita del Valle te acompañe en tu caminar
gracias a uds!!, salud y suerte para el virtuoso, para el maestro, el hijo que todos quisieran tener...
ResponderBorrarDios te bendiga mi amor qué orgullo al leerte muchas felicidades y suerte en todo lo que emprendas igual felicidades para los orgullosos padres mis bellos amigos
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