Día de San Valentín, Día de los Enamorados o Día del Amor y la Amistad, pero ¿cuál es el origen de esta celebración universal tan particular?
La gran celebración del amor, momento para honrar al ser amado, día para reconocer los afectos o simplemente, una fecha más de propósito comercial. Como quiera que se interprete, lo real es que millones de personas en el mundo conmemoran esta fecha, la esperan con ansias, hacen planes y hasta la escogen como fecha de declaraciones de amor y de celebración de matrimonios.
El Día de los Enamorados es un día para compartir, para
regalar, para entregarse, para celebrar, y que va mucho más allá de obsequiar simples cosas materiales, de hecho, flores, cartas o poemas de amor son los presentes más apreciados. De cualquier manera una fecha de tan especial significado debe invitarnos a recobrar la importancia de cuidar especialmente del ser amado, rescatar el espacio que el amor tiene en nuestra vida y, en definitiva, un día que debemos dedicar a celebrar el amor.
LA HISTORIA
Fue a principios del siglo XX cuando se popularizó como lo
conocemos en el presente como Día de los Enamorados o Día de San Valentín.
La celebración de San Valentín más reciente data de 1840,
cuando Esther A. Howland (1828-1904) artista y empresaria norteamericana, se encargó de elaborar y popularizar las
tarjetas de felicitación del Día de San Valentín en Estados Unidos. (Comenzó a
vender las primeras tarjetas postales masivas de enamorados, conocidas como
«valentines», con símbolos como la forma del corazón o de Cupido).
Otra tesis sostiene
que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se
realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien
los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían favores al dios y se
brindaban regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
Sin embargo es la historia de San Valentín en la Roma del
siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido, la que parece ser la
explicación o génesis más veraz sobre el origen de la celebración.
San Valentín era un sacerdote que en el siglo III ejercía en
Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración
de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia
eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras. Según la tradición, San
Valentín de Roma fue un sacerdote romano que acompañaba espiritualmente a los
cristianos que habían caído presos en las persecuciones contra los practicantes
de esta fe y les ayudaba a prepararse para el martirio y la muerte.
La leyenda asegura que el sacerdote consideró que el decreto
era injusto y desafió al emperador celebrando en secreto matrimonios para
jóvenes enamorados. Cuando fue descubierto, Valentín fue sometido a martirio y finalmente
decapitado.
Una última (y poco creíble) versión cuenta que el sacerdote
Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó
una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se
convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de
amor que intercambian los enamorados cada 14 de febrero.
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la
Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni.
Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de
diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.
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