YO ME CONSTELO, TU TE CONSTELAS, TODOS NOS CONSTELAMOS
@PeriodismodeLeyenda
En un lugar de Guarame de cuyo nombre si quiero acordarme porque se llama “El Remanso”, donde en medio de la naturaleza y de imponentes montañas se dictan cursos de milagros y otras especies para el espíritu y para las almas más necesitadas, un equipo compuesto por Beatriz Mediavilla y su fiel amiga Milagros Santaella, desarrolla dinámicas para formar Consteladores o realizar Constelaciones a quienes urgidos de resolver temas de su presente, son conectados en sesiones de trabajo con sus ancestros para indagar las causas que pueden allí esconderse y ser el origen primario de un sin número de desequilibrios.
Estamos hablando de las Constelaciones Familiares, un
territorio que transita entre lo terapéutico, lo sanador, las psicoterapias
breves y como le llaman algunos de sus detractores, un modelo de moda o un
nuevo modelo de psicoterapia folk.
¿Qué son las
Constelaciones Familiares y que las hace tan atractivas para un cada vez mayor público
interesado y necesitado?
El ex sacerdote y psicoanalista alemán Bert Hellinger es el
creador de este modelo de intervención que valga la precisión, conoce y ha
recibido directamente de él su entrenamiento, nuestra protagonista Beatriz
Mediavilla, una Licenciada en Educación que desde hace 11 años desarrolla en
Margarita esta herramienta cuyo propósito “es sanar memorias”.
También se suma a la formación de Mediavilla, su experiencia
de trabajo y capacitación al lado de una de las pioneras en el país y la
primera que trajo las Constelaciones Familiares a la isla de Margarita, Carola
Castillo, quien además de haber ahondado como pocos en el tema, ha preparado y
prepara muchas personas en esta herramienta que busca dar una mejor calidad de
vida a quienes la reciben.
La propuesta desarrollada por Bert Hellinger persigue sacar a
la luz las razones o causas que atan al paciente de forma disfuncional o en
desequilibrio con su familia, para
descubrir y permitir que éste tome consciencia sobre los aspectos que
obstaculizan el desarrollo armonioso de
su vida en el presente. Es decir, se establece una dinámica para que el “constelado”
desarrolle un diálogo con su familia a través de la historia de la misma, y
pueda en consecuencia resolver temas que le perturban, le inhabilitan o le
determinan de forma negativa y le enferman.
Es un trabajo sistémico y fenomenológico –explica Mediavilla-
es decir, que se fundamenta en el análisis e interpretación de los fenómenos
observables para dar una explicación del ser y de su consciencia, y alcanzar
así su liberación de situaciones que se repiten y que no le permiten avanzar. La
Constelación –agrega- no sólo ofrece una dimensión terapéutica, sino que
interviene en el ámbito espiritual de la persona, porque sana cargas
ancestrales y bloqueos emocionales que arrastran las familias.
La jornada con la Cosnteladora Beatriz Mediavilla en Guarame
comenzó con una invocación por la “Paz de Venezuela y del Mundo”. Todos en círculo
y tomados de las manos, nos conectamos para pedir la sanación del país y de toda
la humanidad. Acto seguido, la facilitadora dio inicio a su charla
introductoria, a través de la cual promociona su primer ciclo de formación de
consteladores 2018, al igual que su intervención en solicitudes particulares de
procesos de constelación, mediante sesiones que vayan descifrando esas
situaciones que no dejan avanzar o que someten al dolor a quienes buscan su
ayuda terapéutica.
“En los sistemas, lo reprimido tiende a aflorar de nuevo en
busca del restablecimiento del orden y lo hace por la parte más débil del
sistema. Así, somos fieles a aquellos miembros de la familia que tuvieron
destinos especialmente dolorosos o que generaron rupturas en la familia y que
quedan atrapados en el inconsciente familiar para siempre: Guerras, asesinatos,
suicidios, abortos, separaciones, secretos, hijos no reconocidos, abandonos,
etc. generan enfermedades, accidentes, adicciones, problemas mentales, más
rupturas e infelicidad”.
-Ser Constelador es un camino –expuso Mediavilla- que nada
tiene que ver con el espiritismo. Es formarse para ayudarse y ayudar a otros a
deslastrarse de aquello que no le deja continuar y que le somete a dolores de
sus antepasados.
En mi ejercicio de constelación, la facilitadora armó en el
salón una réplica de mi familia por la rama materna y paterna. Por la materna
no había mayor problema y más o menos las cosas estaban en cierto orden, percibiéndose
una buena dosis de amor y de estabilidad. En el caso del “ala” paterna
identificó Beatriz Mediavilla el desajuste; identificó a mi abuelo Francisco “Chico Toño" Mata” como una persona arrogante, dura, maltratadora
y causa del desequilibrio emocional de mi padre. Es necesario entonces que mi
padre sane su dolor –indica-, y asegura seguidamente que a ello he venido yo
nuevamente a Margarita.
En fin, tendencia, moda, recurso, terapia, ayuda, como desee
llamarla, las Constelaciones Familiares llegaron y muchos no quieren dejarlas
ir, por el contrario, buscan repetir la experiencia una y otra vez e ir desentramando
por este camino todas las angustias, las
marañas, las frustraciones y opresiones, y todo aquello que sienten se les ha clavado
en el alma y les oscurece su vida.
Aquí dejamos las coordenadas para quienes deseen transitar el
camino:
Lic. Beatriz
Mediavilla
Consteladora Sistémica (Egresada del Centro Bert Hellinger
de Venezuela.) Dirección: Calle Los
Nísperos, Rancho El Remanso, Guarame. Tomar la vía de acceso a Los Ranchos de
Chana.
“En las constelaciones
emerge a la luz nuestra dependencia de las generaciones anteriores. Podemos
apreciar como ellas y sus destinos influyen en nosotros, por ejemplo como nos
enferman, nos pueden inhibir, pero simultáneamente también curar, cuando salen
a la luz”.
El Remanso, un espacio de sanación.
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Mónica Jiménez recibiendo su certificado oficial como Consteladora. |
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