LA SINAPSIS DE LA VENEZOLANIDAD: UNA ENERGÍA MÁGICA Y CREATIVA DE RELACIONAMIENTO POR TODO EL MUNDO

Por Eleonora Mata y LindaD’Ambrosio 
@PeriodismodeLeyenda


En estos momentos nos aflige profundamente cosas como el desalojo masivo de venezolanos en Cúcuta, así como los jóvenes que perdieron tristemente la vida intentando llegar en lancha a Curazao, o aquellos otros que a pie y con su mochila al hombro, atraviesan la América toda en busca de nuevos horizontes con mayor libertad y progreso.

Pero existen otros muchos casos de compatriotas que nos están regalando historias más felices; ellos están brillando alrededor del mundo, están echando raíces y ganándose a fuerza de inteligencia, ingenio y trabajo, un espacio propio y nuestro en otras sociedades y en otros territorios lejanos. Estos venezolanos de los que vamos a referirnos en esta historia, están construyendo auténticos panales de convivencia en los que depositan su miel nutritiva de talento y esfuerzo dentro de maravillosas comunidades de apoyo, de motivación y de impulso entre nacionales.

Un ejemplo de esto último nos llega a través de nuestra escritora afiliada en Madrid, Linda D’Ambrosio Morales, quien dentro de unos días inaugura una fantástica muestra fotográfica de un talento venezolano, en un hotel igualmente extraordinario donde el espacio expositivo está siendo gerenciado por otro venezolano,   y  que claro está,  sólo un venezolano podría escribir el texto para la ocasión que lleva por nombre “El reloj de los habaneros”.

-A partir del próximo 9 de febrero –nos informa D’Ambrosio- el público madrileño podrá disfrutar de la obra del fotógrafo venezolano Diego Ramírez a través de una exposición cuyo título, “Son de La Habana”, alude tanto al lugar al que pertenecen los protagonistas de las 32 instantáneas que conforman la muestra, como  a la musicalidad de la capital cubana, haciendo referencia a uno de sus más emblemáticos ritmos: el son.

Agrega la escritora venezolana residenciada en Madrid que durante los próximos meses ella va a estar coordinando algunos eventos en el referido espacio alternativo que se llama  Hostel ConCiencia de la cadena Far Home Hostels, ubicado en la Calle Atocha 45, que en sus espacios abiertos o comunes se gestiona una magnifica área de exposiciones que como comentamos previamente, es gerenciada por otro venezolano, el diseñador Renzo Pineda Cabrera.

El Hostel ConCiencia, como oficialmente se llama, es una iniciativa fabulosa y un concepto por demás atrevido, ambiental, artístico y hasta científico y social, es decir una experiencia de alojamiento “Fuera de la Caja” y por encima del estándar. Es un espacio abierto a la cultura, que persigue el impulso de talentos, de la creación humana y la difusión del conocimiento, siempre dentro de una perspectiva armónica con el ambiente. Su concepto fusiona colores, luz, espacio, diseño, sonido... todo acompañando este fabuloso escenario para que la experiencia sea de lo más intensa y original.

En este lugar al que vuela nuestra mente a través de tan magnifica descripción, el Hostel ConCiencia, cuatro venezolanos como son la organizadora de la muestra, el gerente del área de exposiciones del hotel, el influencer en branding como presentador,  y el artista fotográfico que reside en Ginebra, Diego Ramírez, suman sus ganas y energía para hacer posible juntos la  exposición “ Son de la Habana”, ratificando que nuestra tierra es también cantera de gente extraordinaria que se conecta para producir igualmente resultados extraordinarios.



LA MUESTRA
A partir del próximo 9 de febrero el público madrileño podrá disfrutar de la obra del fotógrafo venezolano Diego Ramírez a través de una exposición cuyo título, Son de La Habana, alude tanto al lugar al que pertenecen los protagonistas de las 32 instantáneas que conforman la muestra, como  a la musicalidad de la capital cubana, haciendo referencia a uno de sus más emblemáticos ritmos: el son.

Ramírez nos ofrece su particular visión de una ciudad que ha visitado con frecuencia durante los últimos años. El contraste entre los personajes contemporáneos y los edificios otrora fastuosos en que desarrollan sus tareas cotidianas es quizá uno de los mayores encantos de esta muestra, enmarcada en el proyecto Hostel Conciencia, una iniciativa de la cadena Far Home Hostels, que ha querido otorgar una nueva dimensión a sus espacios a partir de la oferta cultural que realiza desde su céntrica sede de la calle Atocha en Madrid. A la cabeza de ese espacio se encuentra el diseñador Renzo Pineda Cabrera, apoyado en esta ocasión por la coordinación de Linda D’Ambrosio.

También otros fotógrafos venezolanos han sumado sus talentos a esta muestra: Kodiak Agüero, quien efectuó la selección y el montaje de las fotografías que se exhiben; Fermín Valladares, responsable de la presentación del evento, y Alexis Trujillo, autor del texto El reloj de los habaneros, que traduce lo que inspira esta serie de imágenes.

La permanente transformación de la ciudad queda registrada en las fotografías, protagonizadas, por ejemplo, por una de las cuatro victorias aladas que coronaban el Gran Teatro de La Habana Teatro Alicia Alonso, hoy desaparecida a causa del huracán  Irma, que azotó la isla en septiembre de 2017.


Las Fotografías de Diego Ramírez
A partir de las imágenes habaneras que nos presenta Diego Ramírez se puede construir una visión tan digna como nostálgica de lo que es la distorsión del tiempo.

En esta muestra podremos contemplar lo que se ve en un día de caminar a conciencia por la capital cubana, solo que la jornada que Diego nos enseña duró para él desde 2011 hasta 2014.  Es un recorrido por una ciudad con signos como cualquier otra: vendedores ambulantes, niños que juegan, trabajadores que van a su faena…
Solo que estos habaneros esperan que ocurra algo. Lo que sea.

Sus caras desde maltrechos balcones corresponden a preguntas que el más curioso valorador de la belleza perdida se formula cuando conoce este lugar caribeño: ¿Qué habrá sido este edificio? ¿Cómo sería en su esplendor? ¿Volverá a tener la gloria de antaño?

Los habaneros están atrapados en una dimensión del tiempo que algunos llamarán política y otros económica, aunque eso ya no sea de importancia ante el eterno presente del tedio.
Todo sucede lentamente y ellos siguen allí. Esperando.

La tensión y el vacío están en estas instantáneas de Diego Ramírez, pero también el respeto y la calma. Un día, más adelante, miraremos estas fotos y, comparando, sabremos si el reloj de los habaneros ha comenzado a andar. Las diferencias nos darán el sentido de giro de las manecillas.
Alexis Trujillo Reinefeld.-

Solo nos resta concluir, que ojalá no ocurra igual con nuestra amada Caracas, que dentro de 50 o más años sea retratada por quien sabe quién, y descubramos en rostros, en miradas en espacios, ese mismo vacío. 
BRAVO POR LO QUE ESTÁN HACIENDO POR EL MUNDO LOS VENEZOLANOS DE BIEN.


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