Emigrando a Macondo con pescado y hombre mojado
María Dolores Solé
Escritora Invitada de MastasietePuntoCom
@PeriodismodeLeyenda
Con tanta gente que se va del país a una le da por pensar en la emigración, más aún cuando una es hija de emigrantes, de padres que huyeron del hambre y la guerra y llegaron a este país sabiendo una que otra cosa, el idioma, la moneda y poco más.
Escritora Invitada de MastasietePuntoCom
@PeriodismodeLeyenda
Con tanta gente que se va del país a una le da por pensar en la emigración, más aún cuando una es hija de emigrantes, de padres que huyeron del hambre y la guerra y llegaron a este país sabiendo una que otra cosa, el idioma, la moneda y poco más.
Entonces, decía, que
pensaba en la emigración y en como también los que no nacimos en Margarita, un
día decidimos emigrar.
La mayoría buscábamos
calidad de vida.
Las playas divinas
tan cerca de cualquier punto.
La seguridad que hace
nada era casi total en la isla.
Hubo quién vino y
tuvo que irse en un plazo muy corto porque la sensación de aislamiento era muy
fuerte y hubo otro como quién les escribe que no puede evitar agradecer cada
día vivir aquí.
Tengo una imagen de
cuando empecé a enamorarme de esta isla.
Estaba en un registro
del centro de Porlamar, en una calle estrechita y larga, llena de comercios,
recuerdo una tienda de máquinas de coser Singer, ropa importada, repuestos, esa
informe variedad que era el centro y claro, el nombrado registro.
Obvio que estaba
haciendo algún trámite, así que andaba como anda uno por las grandes ciudades,
en “modo” ciudad ¿podríamos decir? El pensar estaba en trámites, en comercio,
calle automóviles…
Terminado el asunto
salimos a la calle, y viene de por allá abajo, de no sé dónde, un hombre en
bermudas, chorreando agua, descalzo con una sonrisa y en la mano un enorme
pescado agarrado por la boca…
Era una aparición insólita
(para mi). Y me pregunté en voz alta: ¿de dónde salió ese hombre?
Y alguien que también
andaba por ahí me dijo: ¿de dónde más mija? de allá abajo, del mar…
Y entonces uno
entiende, así de un solo golpe eso del realismo mágico.
Nuestro Macondo
personal, eso que los europeos o los gringos no pueden aprehender ni entender
ni podrán hacerlo nunca. Sus magias son otras. Magnificas todas, algunas
incomprensibles para nosotros, pero no tienen su Macondo.
Y es que Margarita,
cuando uno anda alerta tiene de esas imágenes, muchas: Insólitas, divertidas,
sorprendentes y de las otras también, pero de esas no hablamos hoy…
Y para tener esas
imágenes hay que abrir los ojos y cerrar la boca y los pensamientos.
A ratos al menos.
Y la isla te llena de
historias.
Así que cuando pienso
en emigración, en los que se van y los que nos vinimos pienso en que ojalá
nadie ni nada me saque de aquí, aquí tengo un lienzo infinito, ilimitado de
historias, de imágenes que quisiera compartir para los que aún no descubren su
Macondo en Margarita.
María Dolores Solé
Miercoles 17 del 2018
Nuestra escritora invitada es una extraordinaria intérprete de la vida,
con una sensibilidad tan especial como la cadencia de su voz. Gran lectora,
viajera, publicista y locutora, con un poderoso manejo del lenguaje muy bien fortalecido
por sus raíces ibéricas. María Dolores Solé quien es hoy parte del Staff de Éxitos Margarita
del Circuito Unión Radio, además de poseer una destacada trayectoria en el
medio radial, es dueña de un talento y de una gran habilidad para darle vida
como pocos, a los mensajes de sus anunciantes.
En este hermoso artículo, ella narra con gran ingenio y de una manera
tan propia, ese encuentro con su Macondo Marinero.
Maria Dolores Solé
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