UNA MISIÓN EJEMPLAR: PAUL POIRIER Y SU LECCIÓN DE AMOR

Por Ima Rosa Rivas Varela
@periodismodeleyenda

Desde la Bahía de Bella Vista hasta Playa Valdéz, todas las mañanas, invariablemente, sucede algo hermoso y conmovedor. Un hombre decidió conjurar el desatino y rescatar del hambre a los perros abandonados de la zona. Se trata de Paul Poirier, un canadiense de 68 años que llegó a anclarse en Nueva Esparta hace 30 años.





Nacido en Montreal, graduado en Historia y profesor en su país, cambió su plan de vacacionar en Brasil por 15 días porque un amigo le dijo que Venezuela era un lugar maravilloso; Conoció Margarita, Puerto La Cruz y Puerto Píritu, regresó al Canadá, y poco tiempo después volvió para quedarse. Se encantó con el mar, el sol, el clima y la nutrida colonia de sus connacionales que habitaba la isla. A partir de allí y con la práctica que traía como vendedor de cervezas y administrador de pub, comenzó a trabajar en el Hotel Tama, luego compró un quiosco en el Hotel Bella Vista donde comercializó excursiones y pasajes, después se dedicó a la venta y alquiler de apartamentos.



Las cosas comenzaron a ponerse difíciles, los extranjeros comenzaron a irse, había pocas personas interesadas en excursiones y alquileres pero Paul seguía trabajando y trotando por La Caracola. Fue precisamente allí,  donde hace 14 años, empezó con esta defensa de la vida; comenzó a alimentar todos los días a 7 perros abandonados.

Paul hace un ejercicio de memoria lejana: “Cuando chico tuve un gato, un amigo de infancia tenía una finca con vacas y yo trabajaba dándoles de comer, mis abuelos tuvieron caballos de raza pero yo no viví eso, no sentía esa gran responsabilidad por los animales que ahora se convirtió en un compromiso”.

Después, esos 7 animalitos se convirtieron en 20, luego en 50, posteriormente en 100 y hoy alimenta, aproximadamente, a 130 perros y 20 gatos, las personas siguieron tirándolos a su suerte. Su casa es el hogar de muchos, 15 viven en su garaje y unos 17 en un local de su propiedad. Con la pensión que recibe de Canadá compra las medicinas necesarias y los alimentos que reparte diariamente: una mezcla de bofe, sardinas, arroz y Perrarina. Para todas esas tareas cuenta con un colaborador, Luis Méndez, un hombre con una vocación extraordinaria y una gran habilidad curando heridas, cuidando y alimentando, pericia que adquirió laborando en la Fundación Pía Margarita, dirigida por Maura Abraham, una luchadora, protectora de perros y gatos a quien se refieren con gratitud y deferencia.





Los días comienzan a las 4:30 am con la preparación de la comida. A las 7am el recorrido. El trayecto es una experiencia inigualable: cargan el baúl del vehículo con grandes recipientes de comida; Luis conduce y hace aproximadamente ocho paradas. En cada una los canes rodean el vehículo.  Se acercan, Paul se baja, lo saludan, brincan a su alrededor, comienza a darle a cada uno su ración y esos inteligentes seres se ubican siempre en el mismo lugar… Esperan su turno para comer, no se atropellan entre ellos, saben que hay para todos y Paul con su mirada les habla,  como si sus ojos completaran el trabajo que sus manos se esmeran en cumplir con paciencia y ahínco. En ese momento ese hombre alto, delgado y rubio se transforma en sonrisa y corazón, se ilumina y se conmueve… Los conoce, sabe sus historias, sus fragilidades y dolores-

“A este lo atropelló un carro; Este nació entre las piedras; Este es salvaje y no se deja tocar, Esta fue esterilizada y acaba de parir; Este perdió su pata por una gusanera; Estos siete son hermanos y les decimos los tupamaros; Este es el jefe de esta manada; Esta es ciega”…

De cada animalito tiene un relato, cada uno es una vida que hay que preservar.

“La vida es un día a día.  Hay que educar, el problema son las personas, cada vez hay menos campañas de esterilización y más animalitos en la calle,  se necesita relevo, pero hay tantos problemas que este no parece ser prioridad”.  “La vida me puso solitario, los amigos se han ido, pero viajo a Canadá todos los años a visitar a mi madre que ya cumplió 92, a mis dos hermanos y a mis cuatro sobrinos”…

...dice este personaje de leyenda, Paul Poirier,  con su sensibilidad avecindada en Bella Vista, con su labor opuesta a la normalidad, salvando de la nada a estos seres indefensos, resguardando la vida, dando ejemplo, confinando el desamor.





Comentarios

  1. Excelente aporte para los animalitos mas necesitados que deambulan en las calles.

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  2. a este hombre deberian darle un premio por ser al mejor amigo de los perros, por cuidarlos darles de comer y lo mas importante darles amor

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    Respuestas
    1. unknown no soy ariel gutierrez uribe desde bogota el que escribio lo anterior

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  3. la gente que esta mas cercana a el debería tratar de ayudarlo con esta labor que demuestra el gran corazón que tiene este hombre,que podría gastarse su dinero en otras cosas pero escogió lo mejor que pudo haber hecho

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