Mientras yo siento que estoy dándolo todo voy a ser feliz
Escritor
invitado esta semana en Matasiete Punto Com:
DIEGO VEGA MATA y ANDREINA
GONZALEZ con su entrevista a “El Colorado”, el Vinotinto Pelirrojo.
FOTOS:
SHAKIRA DI MARZO
A sus 25 años, Fernando Aristeguieta se
enfoca en entregarlo todo, sin importar el lugar en el que esté, porque el
fútbol, dice, es lo que realmente lo hace feliz. Además de jugar al balompié, "el Colorado" dribla con la pluma y coquetea
también con la escritura.
Fernando Aristeguieta preparó sus maletas para emprender un nuevo viaje,
pero hacia un destino más que conocido. Caracas será su hogar por los próximos
meses. Ahora, años más tarde y después de un recorrido por Europa y Estados
Unidos, “El Colorado” vuelve a la ciudad que lo vio nacer como futbolista en el
Caracas Fútbol Club, equipo del cual llegó a ser el referente en la delantera
hace apenas unas temporadas atrás.
“No
hay lugar que yo ame como este”, dice cuando pisa una de las canchas del
Colegio San Ignacio de Loyola, con el Ávila de fondo y rememorando su amor por
la institución. Ahí Aristeguieta comenzó a jugar a la pelota desde pequeño, en
un ambiente que lo invitó a disfrutar el deporte más que forzarlo a ser parte
de él.
–Cuando
decidió emprender el fútbol profesional, le habían llegado ofertas de afuera
pero aún así se quedó en el país. ¿Qué lo llevó a empezar en el Caracas FC?
–Sí.
Yo tenía la opción de ir a jugar afuera en categorías inferiores o quedarme
aquí. En ese momento había una regla –todavía existe- que hace que un jugador
juvenil tenga que estar en cancha en la primera división. Eso facilitaba que un
niño pudiese jugar en el primer equipo. Tomé la decisión de estar aquí,
principalmente por el tema de los estudios. Yo quería terminar por lo menos la
etapa del colegio aquí en Venezuela, en el San Ignacio.
–Siempre
dicen que el buen hijo regresa a casa, ¿cómo sintió su regreso al Caracas FC?
–Yo
no me planteé la posibilidad de regresar tan rápido, pero sucedió. No salieron
cosas interesantes en Europa y se dio la oportunidad de regresar. Estar en
Caracas me ofrece beneficios que había que considerar: estar en tu ciudad,
estar con tu familia y amigos cerca, en una institución que ya conoces y con un
cuerpo técnico que ya conoces. Esto hace que la adaptación sea mucho más
rápida.
–¿Cómo
dejó el Caracas FC cuando se fue y cómo lo encontró ahora?
–La
institución está bastante parecida. Es verdad que el entorno ha variado porque
la situación del país es diferente. Ahora cuando jugamos no hay la misma cantidad de gente que cuando
me fui. Cuesta mucho más recuperar la cancha. Son detallitos que son
consecuencia de la situación del país.
–Si
se compara Venezuela con su experiencia en Europa, ¿qué considera que le hace
falta al fútbol nacional?
–Al
haber estado en Europa y en Estados Unidos, ves las facilidades que tienen los
niños o las academias de los equipos para trabajar, formarse y complementar los
estudios con el juego. Hay tanta diferencia con lo que nosotros tenemos aquí
que uno entiende por qué ellos tienen ventaja con respecto a uno cuando llegas
al profesionalismo. Después, el nivel de juego es una consecuencia de muchas
pequeñas cosas. En Venezuela hay algunas cosas que se hacen bien, pero hay
otras que no se hacen bien o no se hacen en lo absoluto. Sin duda aquí hay buen
nivel, pero inferior al de afuera.
–¿Cómo
se relacionó a nivel personal y espiritual con un equipo que no era el suyo?
–Sin
duda, cuando uno se pone una camisa de fútbol desarrolla cierto cariño por ese
equipo con el que esté jugando. Para llegar a ser deportista profesional tienes
que ser una persona muy competitiva. En el momento en el que te pones una
camisa quieres ganar en todo.
–El
público siempre está pendiente de los futbolistas venezolanos que juegan fuera
del país, ¿cómo fue la experiencia de compartir vestuario con tres venezolanos
en Francia?
–Me
tocó en Francia y en Portugal. Una de las razones por las que yo me fui para el
Nantes, fue porque (Gabriel) Cichero estaba allá. Después llegó Oswaldo
(Vizcarrondo). Ese día, que por primera vez jugamos tres venezolanos en una
liga europea juntos, fue para nosotros, o al menos para mí, impresionante. Yo
crecí viendo un fútbol donde estaba Arango afuera y después había tres o cuatro
venezolanos en Chipre, dos en Colombia, pero no había jugadores en Europa.
–Después
del escándalo del expresidente de la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael
Esquivel, ¿cree que ha cambiado el problema de la corrupción dentro del fútbol
venezolano?
–No
creo que alguien tenga a mano un balance de las cosas que se hacen en la
federación, de los ingresos, de los costos, de los gastos. No creo que alguien
pueda hablar con propiedad de eso. Es verdad que en el fútbol, no solo en
Venezuela, hay un problema grave, que es que el fútbol está monopolizado por
una compañía que se llama FIFA, que no es más que una empresa privada que
controla un deporte que es muy grande. Ellos se protegen entre ellos, o sea es
una problemática que no existe solamente aquí.
–¿Cree
que la división política de Venezuela genera roces entre algunos miembros de
los equipos nacionales? ¿Tienen una regla para eso?
–La
religión y la política son temas que dividen a la sociedad en general, y no se
tocan en un camerino de fútbol. Ahora, en Venezuela, se da la situación que en
el fútbol, por lo menos en el que me rodea a mí, hay consenso de opinión. Todo
el mundo está de acuerdo en lo político en este momento, por lo que se puede
hablar un poco más abiertamente porque no hay nadie en el equipo que esté a
favor de lo que está haciendo el gobierno. En Europa, que me tocó compartir con
gente de hasta cuatro religiones en un mismo camerino, te pones a hablar de
religión y puedes causar un problema porque son tópicos que han causado
problemas. No vale la pena hablar de eso en un camerino.
Entre
la pelota y el lápiz
–Ya
debutó en la selección nacional y en el extranjero, ¿qué le falta ver cómo
profesional?
–A
veces tengo una discusión interna sobre el éxito y del fracaso, que es algo
completamente subjetivo. Por ejemplo, si me dicen ‘estuviste en Europa ahora
estas en Venezuela, fracasaste’. Puede ser. Pero si lo ves, cuando empecé la
carrera, fue un éxito. Los momentos en los que me he sentido mejor ha sido en
los que he hecho todo lo posible para que las cosas me salgan bien. Mientras
pueda sostener ese momento que yo siento que estoy dándolo todo, voy a ser feliz.
–¿Cómo
se ve en el futuro?
–Hoy
por hoy te digo que voy a ser entrenador. El tema de ser entrenador es que
cuando eres jugador, muchos jugadores que están terminando su carrera o que la
acaban de terminar, te dicen que ya están cansados de las concentraciones. Eso
desgasta. Tanto, que algunos futbolistas dicen que no quieren saber más nada
del fútbol, entonces uno tiene mucha inestabilidad. En los últimos cinco años
viví en Caracas, en Nantes, en Filadelfia, en París, en Madeira y ahora otra
vez en Caracas. Toda mi preparación fuera de la cancha la enfoco hacia ser
entrenador.
–¿Cómo
y cuándo empezó su gusto por la literatura?
–Tarde.
Yo empecé a leer muy tarde, tendría 18 años. Empecé a leer en los viajes. El
fútbol te da mucho tiempo libre, pero que no puede ser utilizado para lo que tú
quieras porque es tiempo que, en teoría, tienes que utilizar para descansar,
entonces hay mucho tiempo en casa, en hoteles, en aviones, en autobuses. Hay
muchas formas para distraerse, como el PlayStation, ajedrez, juegos de mesa,
libros, la música, y bueno, empecé a leer.
–¿Cuándo
empezó a escribir?
–Cuando
fui a vivir a Francia, comencé a escribir tonterías de cosas que pensaba, cosas
que se me hacían muy difícil explicarlas oralmente. Lo pasaba a escrito y podía
hacer que fuera algo más comprensible, entonces ahí empecé a escribir.
–Le
dieron una columna en sofoot.com, portal deportivo en Francia…
–Fue
una casualidad porque escribí un cuento que, además, no iba a ser un cuento.
Quería escribir una serie de anécdotas ficticias de cosas que nos habían
sucedido a mí o a mis amigos, para después intentar hacer una crítica al
sistema educativo venezolano, pero bueno, esa idea se quedó en nada. Este
cuento era una de las historietas que empecé a desarrollar y la publiqué. Me
contactó esta revista de Francia para entrevistarme sobre por qué escribí eso. Les
conté que de vez en cuando escribía. Me pidieron que hiciera una reseña de un
libro, la hice y le gustó a los editores. Me pidieron que hiciera algo para la
revista y que, si quería, tenía una columna en la página web. Es completamente
flexible, no tengo compromisos de publicación.
–¿Ha
considerado ejercer la escritura profesionalmente?
–Me
encantaría, lo que pasa es que es sumamente complicado. Sin duda lo haré pero
muy pocos escritores viven de eso. Escribo por diversión, igual que leo por
diversión, no leo para aprender algo nuevo o para culturizarme, sino
simplemente por divertirme.
Sacrificio
con recompensa
–¿Cuál
ha sido el momento más importante de su carrera?
–Cuando
jugué por primera vez con el Caracas, cuando jugué por primera vez con la
selección, cuando jugué por primera vez en Europa, el momento en el que
ascendimos a primera división en Francia. Sientes una alegría y una sensación
tan intensa que uno le encuentra justificación a todo.
–¿Cuál
ha sido el peor momento de su carrera?
–Que
tu trabajo y tu pasión coincidan es muy positivo porque uno hace con gusto los
sacrificios que tenga que hacer por la profesión, pero cuando te salen mal las
cosas, uno lo sufre mucho más. Por lo menos a mí, se me hace imposible llegar a
la casa y desconectar. Hice muchos partidos que me han hecho entrar en momentos
muy tristes. Situaciones donde pasas dos meses sin jugar, entrenándote todos
los días al máximo, y de repente llega el fin de semana y no juegas, llega el otro
fin de semana y no juegas otra vez. Son momentos difíciles. Ahora vengo de
Portugal, donde descendimos a segunda división, eso también fue muy complicado.
–Si
tuviera la oportunidad de regresar el tiempo, ¿qué consejo le daría al Fernando
de 15 años?
–Vivir
al máximo cada momento, entregarme al máximo, lo hubiese aprendido antes. Eso
que aprendí, lo trasladaría 10 años atrás y lo empezaría a vivir mucho antes de
lo que me tocó.
Si
tuvieras que armar al futbolista perfecto…
¿Con
qué jugador izquierdo te quedas?
Con
Messi
¿Con
qué jugador derecho?
Con
Ronaldo
¿Con
qué cabeceador?
Lewandowski
¿Con
la visión de juego de qué jugador?
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Fernando Luis Aristeguieta De Luca, el delantero el Caracas Fútbol Club |
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En las canchas e su Colegio San Ignacio, en su amada Caracas. |
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